«La historia es el esfuerzo del espíritu para conseguir la libertad«. – George Wilhelm Fridrich

1La génesis poblacional de Candeleda de la que tenemos constancia comienza hace 3.000 años a.C. prueba de ello son las pinturas rupestres de Peña Escrita, lugar situado en el entorno de lo que posteriormente, dos siglos antes de Cristo, seria elCastro Vettón de El Raso. Dichas pinturas se encuentran en un abrigo rocoso orientado al suroeste, al borde mismo del camino que lleva hasta El Jornillo. Las citadas pinturas constituyen el más puro arte esquemático del Neolítico de los primeros pobladores de estas tierras.  Que el actual territorio candeledano estaba ya poblado en el Neolítico, en la Edad de Bronce y la Edad del Hierro, queda de manifiesto en los numerosos restos de materiales (pinturas, armas, cerámica) que  se han encontrado en los alrededores de Candeleda.
Candeleda estuvo poblada por los Vettones durante la Segunda Edad del Hierro y así lo  atestiguan los vestigios encontrados en  las excavaciones del Castro Vettón de El Raso,  que con una superficie de  20 hectáreas dio cobijo, en aproximadamente 300 casas, a alrededor de 2.500 vettones, pueblo de origen celta que penetró en la península alrededor de los siglos VIII-VII a.C.

CASTROEl Castro Vettón de El Raso es de los yacimientos arqueológicos más completos de la protohistoria de la meseta castellana y data de los siglos V al I a.C. Raso proviene de la palabra latina «Rasus«, que significa «llanos o claros de bosque» y por esa razón el Castro de El Raso se aparece abierto, desprovisto de bosque y protegido de los vientos del norte al estar situado junto al Pico Almanzor lo que le proporciona a lo largo del año una agradable temperatura.

El primer dato escrito que se tiene sobre Candeleda es el referido a la donación por Alfonso X El Sabio de los «Carriles de Candeleda» a Velasco Gómez de Ávila. Estos carriles eran los derechos de paso por el Puerto de Candeleda utilizados por los rebaños trashumantes de la recién creada Mesta. Con el paso del tiempo la estratégica situación de los citados «Carriles», que  posteriormente pasaron a formar  parte de la Cañada Real Leonesa Occidental constituyendo uno de sus ramales con el nombre de «Puerto de Candeleda», pasaron a ser uno de los trece puertos reales en donde se cobraba el servicio de portazgo y montazgo a los ganados que por el atravesaban la Sierra de Gredos – 35.000 cabezas anuales aproximadamente – siendo un  importante punto en la organización del Concejo de la Mesta. Reflejo de ello son los 1.500 habitantes que llegó a tener Candeleda en el s. XVI.
Pasado el tiempo y bajo el reinado de Enrique III «El Doliente», el 14 de octubre del año 1393, a «Candeleda de las Ferrerías de Ávila» se le nombra y concede el título de VILLA. La Corona, cede sus derechos al Condestable Ruy López de Dávalos, para posteriormente y al caer el mismo en desgracia, Juan II donar y ceder, el día 1 de septiembre de 1423, el Estado de Candeleda a Pedro de Zúñiga – Justicia Mayor del Reino. En 1450 Pedro de Zúñiga otorga a su segundo hijo, Diego López de Zúñiga, un nuevo mayorazgo del que forman parte las villas de La Puebla y Candeleda y los lugares de Canillas y Guzmán. En 1457 Juan II de Castilla crea el Condado de Miranda del Castañar en la figura de Diego López de Zúñiga. La dependencia de Candeleda del Condado de Miranda del Castañar se mantuvo hasta la desaparición de los señoríos al pasar de la jurisdicción señorial a la nacional durante las Cortes de Cádiz en el año 1812. Durante los siglos siguientes y hasta bien entrado el s. XX, la Candeleda de entonces continuó su periplo histórico cimentando la base sobre la que se asienta la Candeleda actual. Durante dicho periodo la agricultura candeledana introdujo nuevos cultivos que se vinieron a sumar a los hasta entonces tradicionales; los cereales, la vid y el olivo, así variedades como el pimiento, el algodón y el tabaco vinieron a diversificar la producción agrícola y las fuentes de riqueza del territorio.

 

OLYMPUS DIGITAL CAMERAHay que destacar la importancia del pimiento y su transformación en pimentón, ya que desde principios del s. XVII y hasta mediados el s. XX ha sido una de las actividades que más ha contribuido a la generación de riqueza en la zona,  sobre todo a raíz de la crisis propiciada por la enfermedad del castaño en La Vera que también afecto a Candeleda y que propició el aumento de la superficie dedicada al cultivo del pimien
to, como prueba el hecho de que el número de «Sequeros de Pimiento»pasase de aproximadamente una treintena en el año 1749, según el Catastro de Ensenada, a más de mil un siglo después, tal y como consta en el Catastro de Madoz.